domingo, 9 de febrero de 2014

Día 4: Bangkok - Chiang Mai

Tranquilamente nos despertamos, desayunamos como reyes por 325 baht los dos en el mismo sitio que hace dos días, y fuimos caminando hasta el Wat Intharawihan, o también conocido como el buda de pie.
La entrada es libre y abren de 9h a 16h. Este buda es impresionante por su altura, 32 metros. Y en el recinto al llegar estábamos solos con otros dos tailandeses. Luego ya llegó un grupo de turistas cuando salíamos.


Ese día yo quería ver también el templo del mármol o Wat Benchamapophit, pero los días anteriores pasábamos por delante con el taxi y siempre había policías. Un taxista nos explicó que estaba habiendo manifestaciones porque buscaban un cambio de gobierno y no nos aconsejaba venir a verlo, la verdad que pasabas por allí y me recordaba al check point de Berlín, con muros de 1 metro, alambradas, policías detrás con escudos antibalas. No nos dio mucha seguridad y preferimos no arriesgarnos. Por fuera nos pareció un templo muy grande y majestuoso.
Volvimos al hotel a por las maletas y pedimos un taxi, pero no para ir al aeropuerto, sino para que nos dejará en el hotel: Siam Star Hotel. ¿Por qué allí? Pues porque era el hotel que cogimos para el último día en Tailandia, aunque no fuéramos a dormir, ya que el avión salía a las 00h10. Lo reservamos para poder darnos una ducha antes de volver para España, y además, durante el día también podíamos dejar todas las maletas. Pero ese día fuimos para dejar una maleta, íbamos a seguir el viaje con menos peso y sobretodo menos volumen. Nos cobraron 450 baht por 9 días, es decir 50 baht por día.
Tras esta parada, cogimos otro taxi para ir al aeropuerto Don Mueang por 200 baht, tardamos una media hora en llegar. Comimos en el aeropuerto por 448 baht, en el Silom Village. Nuestro avión salió puntual a las 15h45 y llegamos a Chiang Mai una hora más tarde y con bastantes menos grados en el cuerpo. Un consejo: no os olvidéis de cogeros una chaqueta con vosotros, o pensareis que sois unos pingüinos en el polo norte.

Al llegar cogimos un taxi por 120 baht que nos dejó en nuestro hotel: Sripat Guesthouse.
El hotel nos gustó mucho,  de madera por fuera y en la recepción. Y el personal muy sonriente y amable. También disponíamos de piscina.





Tras dejar las maletas en la habitación nos fuimos a cenar, y decidimos parar en un mexicano para variar un poco, el sitio se llamaba: Loco Elvis, estaba muy ambientado, había una persona cantando en directo, y a pesar de toda la gente que había enseguida nos atendieron. Pero cometimos un fallo, no dijimos que no pusieran picante en las comidas, y sólo con el primer bocado echábamos humo por la boca. Precio de la cena: 680 bahts
Y por fin, empezaron las compras, ya que llegamos al night bazar. Nada más poner un pie por la calle principal se abrió la veda. Encontramos de todo, fulares, relojes, bolsos, camisetas, mochilas, estatuas, lámparas, y un largo etcétera…, a decir verdad, todo lo que te puedas imaginar.
Carteras
70
2 pantalones
530
Corbata
 200
2 lamparas
 360
Reloj carrera
1850
Reloj Ck
400

Volvimos caminando al hotel  (error, mejor coger tuk tuk), y negociamos con las del hotel para contratar un taxi al día siguiente.

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