domingo, 8 de diciembre de 2013

Día 1: Chatuchak, wat traimit, chinatown, loy kratong

Tras muchos preparativos por fin el día de salida había llegado. 

Empiezo este diario en el avión Madrid-Bangkok,  ya que tuvimos 13 interminables horas de viaje. Cervezas, comidas, pelis y algún juego son nuestros fieles aliados para este trayecto.
Volamos con Thai Airways. El avión no era de los típicos grandes de dos pisos pero si muy bonito. Ambientado con los típicos colores Tailandeses (morado /rosa/naranja) y con espacio suficiente para viajar cómodamente. Además nos dan una almohada y una manta. Durante el viaje teníamos bebidas ilimitadas, y nos sirvieron dos comidas y una merienda.
Llegamos a Bangkok con un leve retraso de 20 minutos y enseguida notamos el cambio de clima. Madrid (5º) y Bangkok (30º) pero sobre todo la humedad.  Eran las 5h35 y no habíamos dormido más que un par de horas, el día iba a ser duro, pero estábamos emocionados, por fin en tierras tailandesas!
A la llegada todo está muy preparado y visible para todo el mundo. Pasamos la aduana con su sello correspondiente (15min), ya habíamos rellenado en el avión un documento de entrada y salida que tienes que entregar allí.  Cuando pasamos la aduana las maletas ya estaban en la cinta, las cogimos y cambiamos  50€ en una de las oficinas de cambio del aeropuerto. Hicimos todo en 30min.
Seguimos las señas azules del “city line”, lo cogimos por 45 baht/persona y nos llevó a Phaya Thai, en el centro cuidad y de ahí un taxi, que costó 60 baht, a nuestro hotel Chillax Resort.  (Se encontraba a 3 calles de kao san road)
Nos quedamos asombrados del lujo de este hotel, nuevo por cierto, e hicimos el Check In. Fueron muy amables ya que nos dieron la habitación a las 9h de la mañana, sólo tuvimos que esperar una hora, en la que aprovechamos para ir a un 7/11 donde compramos una tarjeta sim de true por 299 baht (con 100 baht de saldo, y podíamos llamar por 11 cent/min) y algo que desayunar.
Descansamos un poco y nos aseamos. Cogimos la mochila y empezamos con muchas ganas nuestra primera aventura asiática.

El hotel nos encantó, tanto por la habitación como por la piscina, en el último piso. Toda una suerte que encontráramos esa oferta y pudiéramos disfrutar de un hotelazo así, en esa zona.


Nuestra primera parada fue el mercado de Chatuchak. Fuimos en taxi hasta el sky train, 80 baht, y lo cogimos por 34 baht/persona. Bajamos en la parada Mo Chit, la última. Al llegar lo vimos desde arriba y realmente nos impresiono. Dicen que es el más grande de Asia. No lo sabemos a ciencia cierta pero es más que probable que lo sea, ya que cuenta con más de 15000 puestos. Es un mercado que sólo abre el fin de semana de 9h-19h.


Al salir del sky train seguimos recto por la acera de los puestos y llegamos a una oficina de turismo, donde también hay policías, allí nos dieron un mapa para poder ubicarnos dentro, además que te dice en que zonas puedes encontrar que tipo de cosas, para orientarse o reencontrarse sirve la torre con un reloj que hay en el centro. Buscamos una casa de cambio, cambiamos un poco de dinerito, agarramos bien las cámaras y demás bienes jugosos para carteristas y nos adentramos en el laberinto. Olores, comida, personas, más olores, ropa, animales, gritos… un sinfín de condimentos que hace de este mercado una visita obligada. No os olvidéis de regatear. La mejor hora para ir es temprano por la mañana o hacia las 16h ya que hace bastante calor y no corre el aire.





Para que os hagáis una idea de los precios, estas fueron nuestras compras:
  • ·         3 camisetas de chico: 300
  • ·         Pantalón moe tai: 650
  • ·         3 camisetas chica tirantes: 250
  • ·         Chanclas coloridas chica: 79
  • ·         Pulsera tejida de cuero + pulsera de madera pintada: 75
  • ·         Cuadro madera con dibujo shinga: 180




Después de comer nuestro primer famoso Pad Thai en un puesto sentados, precio para los dos con agua: 150 baht, emprendimos nuestro camino al templo de Wat Traimit. Cogimos el metro, MRT en Mo Chit y bajamos en Hua Lamphong Station, 40 baht/persona.



Un templo que nos pareció enorme aunque con el paso de los días nos pareció ya algo normal. Pagamos la entrada del templo que fueron 40 baht/persona y el alquiler de una tela 20 baht para tapar ciertas partes del cuerpo para no ofender a Buda y subimos las escaleras que nos condujeron al gran buda de oro macizo. Como era nuestro primer Buda nos impresiono tanto o más que el propio templo. El buda data del s. XV y lo encontraron escondido dentro de un buda de piedra. Se cree que lo escondieron para evitar que los birmanos se lo llevaran cuando invadieron el Reino de Ayuthaya.
Información a tener en cuenta: el templo abre de 9h a las 16h. Hay que tener hombros y rodillas tapadas para entrar, yo no lo sabía y tuve que alquilarlo por 20 baht.

El templo se encuentra cerca de Chinatown, por lo que fuimos andando por callejas hasta que nos sentimos muy cansados y decidimos volver al hotel. Habíamos dormido 2 horas en las últimas 35h así que estábamos fundidos.


Para volver al hotel cogimos un tuk tuk, no pasaba ningún taxi por la zona, sino no creo que lo hubiésemos cogido. La experiencia no fue tan mala, pero yo tenía apuntado que desde esa zona los tuktuk solían cobrar unos 100 baht, él nos pedía 500 baht de entrada, así que sacando nuestros dotes del regateo bajamos a 150 baht.
En el hotel descansamos y disfrutamos de la piscina hasta que anocheció, ya que casualidades de la vida o no, nuestra primera noche coincidía con una de las festividades más famosas y espectaculares de Tailandia, el loy kratong. Por suerte nuestro hotel estaba a 10min del centro neurálgico de este acontecimiento, el puente Rama IV.
En esta noche se da gracias a los dioses del agua y fuego, encendiendo unos barquitos con una vela e incienso en el río o encendiendo una linterna (cometa voladora) y echándola a volar. En nuestro caso hicimos los 2 ya que estábamos emocionadísimos. Eso sí, había gente por todas partes y al final agobiaba un poco, pero se nos quedaron grabadas en las retinas imágenes muy bellas  espectaculares. Compramos 2 lámparas, por 50 baht cada una y un barquillo de flores con vela e incienso por 60 baht.






Esta es un poco de información de esta fiesta, que recopile por internet:
En tailandés, ‘loy’ quiere decir flotar, y ‘krathong’ significa tacita o recipiente de hojas. Esta fiesta de la gratitud, llamada loy krathong, honra a la diosa de las aguas por haber proveído la riqueza abundante de lluvias copiosas, lucrando una cosecha cuantiosa. Esta es la época en que una enorme luna llena emerge del cielo oriental, mientras que ríos, canaletas y canales casi desbordan sus caudales a finales de la estación lluviosa. Esta es una festividad de regocijo y satisfacción. Niños y adultos por igual, hacen flotar sus krathongs, profesando que éste es un auguro de buenaventura para la próxima época de cosechas.  En general, los niños crean su propios krathongs como proyecto escolar, ya sea con mitades de cortezas de cocos, u hojas estables y duras de banano o palmera entrelazadas.  Una vez que el krathong está seco y rígido, se le colocan dentro algunas flores, una vela y tres conitos de incienso. La vela y el incienso se encienden antes de situar al krathong en el agua. Los deseos se piden al mismo momento de lanzar a flote a su navecita.  Muchos creen que si la vela no se apaga hasta que el krathong se pierde de vista, sus deseos serán concedidos. Por supuesto todo depende de la brisa ambiental en ese momento. Así que la tradición no es ni científica, ni exacta. Hacia el fin del anochecer, cuando la luna está ya más alta en el cielo, se ven cientos de luces titilantes flotando en la oscuridad, en los ríos y canales de toda Tailandia. Fuegos artificiales y espectáculos de marionetas, completan la festividad. En Bangkok a orillas del río Chao Phraya, donde sus embarcaderos y “Klongs” o canales, se llenan de gente esperando su turno para poner la ofrenda a flotar. Los estanques y canales del parque Lumpini, y el lago de la universidad de Chulalongkorn también son un lugar.






Cenamos en un restaurante local de la zona por 130 baht los dos. Luego nos tomamos unas cervezas, singhas, en una terraza, otros 130 baht. Y por último un masaje de pies de 30 minutos, 120 baht/ persona.

Volvimos como pudimos al hotel y esta vez sí, nos duchamos y caímos rendidos en la cama. Hubiéramos dormido unas 15h pero a las 7h ya estábamos en pie otra vez, había que seguir visitando. 






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