Al despertar, nuestras impresiones no cambiaron. El hotel seguía siendo un cuchitril de mala muerte, y que no nos dio el desayuno (y eso que estaba incluido).
Mi consejo es, que el hotel lo cojáis cerca del partenon, se que son más caros, pero seguramente os llevareis mejor recuerdo de la ciudad.
El día no empezaba bien pero aún continuó peor, el metro más “cercano”, estaba cerrado en vacaciones, otra información omitida por el hotel. Por si fuera poco el camino hacia la parada de metro siguiente era pasando por uno de los barrios más peligrosos de Atenas, según el recepcionista, que nos dijo que nunca pasáramos por ahí.
Nos dio tan mal rollo la ciudad que decidimos ir al puerto para comprar ya los billetes a Santorini, pero no para ese día, sino para el día siguiente. Decidimos escaparnos de la ciudad de Atenas un día antes de lo previsto.
Tras volver del puerto, ya en la zona turística, seguimos el tour a pie indicado en la guía “Lonely planet”.
Empezamos en la plaza Syntagma, vimos el Parlamento y la guardia.
Continuamos por los jardines nacionales hasta el arco de Adriano, puerta que delimita Atenas de Adriano.
Después anduvimos en busca de la entrada al templo de Zeus, finalmente abandonamos la misión, nos habíamos confundido de camino.
Tras descansar un poco las piernas, mientras comíamos, continuamos con el circuito a pie. Este nos llevó al barrio Anafiotika, un laberinto de casitas que se encuentran justo debajo de la Acrópolis. Pasamos por el Agora Romana, y llegamos a Monastiraki.
Después empezamos a callejear por un antiguo bazar turco, lleno de tiendas de recuerdos, hasta que empezó a ponerse el sol, y decidimos volver a nuestro “querido hotel”
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